Con media vida, así quedan las personas que han perdido a uno de sus familiares por causa del conflicto armado (desaparición), así lo definió Mirna Nereyda Medina Quiñones, una mexicana que fue invitada a la conmemoración de la Semana de la Desaparición Forzada, organizada por la Fundación Yobany Quevedo y apoyada por varias instituciones.
Allí se conocieron varias historias como la de Heini Jarro quien perdió a su padre a la corta edad de 4 años y cuando tenía 8 años perdió a su madre, ambos por el conflicto armado en Casanare.
«Todas las personas que hoy estamos aquí, estamos por amor a nuestros familiares y ellos aún esperan y tienen la fe de que sus familiares van a volver», dijo Heini haciendo referencia a los hogares que aún esperan a uno de sus familiares tras años de desaparición.
En este acto central de la Semana de la Desaparición Forzada, se contó con la presencia especial de dos mujeres emblemáticas, en recuperación de cuerpos de personas desaparecidas en condiciones violentas, una de ellas la mexicana Mirna Nereyda Medina Quiñones y Teresita Gaviria, ellas con su lucha han logrado visibilizar la desaparición en los dos países.
Grandes historias
Mirna es líder de las rastreadoras del fuerte de Sinaloa. Ella narró cómo fueron los inicios de Las Rastreadoras del Fuerte de Sinaloa, un movimiento de mujeres especialmente que se han dedicado a buscar cuerpos de desaparecidos en Sinaloa y luego con el apoyo de la Fiscalía, se hace el reconocimiento y posteriormente devuelven los cuerpos a los familiares.
Esta valerosa mujer padeció la desaparición. “Mi hijo tenía 21 años, cuando allá en mi pueblo, en el Fuerte de Sinaloa en México, llegó una camioneta y se lo llevó… empecé a buscarlo y en ese momento no tenía apoyo de nadie, ni de autoridades, y le hice una promesa a mi hijo, que yo no iba a descansar hasta encontrarlo”, señaló Mirna.
Aunque esta lucha dejó sin fuerzas a Mirna en muchas oportunidades, finalmente encontró el cuerpo de su hijo a los 3 años de la desaparición.
En Colombia la señora Teresita Gaviria, es una de las abanderadas de la fundación Las Madres de La Candelaria. Ella contó que quedó sin sus seres queridos y fue desterrada de su vivienda, por parte de la cruenta violencia que se vivió en Colombia.
Pese al horror del conflicto y al sufrimiento que le dejaron las huellas de la violencia, Teresita da un mensaje de reconciliación y perdón. «Sin perdón y reconciliación, no hay futuro».