Mundial, día del padre, elecciones y economía

 

Columnista Jaime Alberto Rendón Acevedo-

Columnista Jaime Alberto Rendón Acevedo-

Columna de opinión por Jaime Alberto Rendón Acevedo

Docente de la Universidad de La Salle

No es sencilla la coyuntura que vive hoy el país. Se asegura que el Mundial de Fútbol será como una especie de opio para adormecer a las masas. Pero en Colombia, eso no es verdad, en este país la realidad no para de sorprendernos. Las elecciones seguirán su álgido curso aun con mundial y día del padre, pero todo se neutralizará y los posibles efectos económicos no serán los esperados.

El fútbol, ese juego de pasiones, de encantos y desilusiones, en especial para quienes somos hinchas de equipos que nos desinflan (por fortuna, nuestra Selección ya es grande), es sobre todas las cosas un negocio. Es una industria capaz de movilizar a otros sectores a su alrededor que van desde los humildes vendedores ambulantes que esperan el partido para tratar de vender algo, hasta los más nefastos negocios de apuestas, compras de árbitros, partidos y corrupciones que hacen de la Fifa y las federaciones nacionales lugares poco claros, esto pasando por la venta de pases de jugadores, publicidad, televisión, bebidas, comida, ropa deportiva, y muchas otras cosas que se constituyen en aportes al desenvolvimiento económico del mundo, del país y de las regiones.

El impulso fuerte de la economía se dará en Rusia, no en Colombia. Ya algunos analistas han comenzado a plantear los posibles efectos que tendrá esa época mágica de ilusiones para todos y de esperanza para que el mundial no solo genere satisfacciones futbolísticas para Colombia, sino que logre apalancamientos económicos como el de Brasil que de acuerdo con Fenalco generó 6%  del crecimiento en consumo.

Sólo que esas pueden ser vagas ilusiones porque los partidos que jugará la selección Colombia se harán en horarios poco aptos para motivar el consumo de comidas, bebidas y celebraciones.

El temor de otro sector de los comerciantes es que se espera que sus ventas bajen el 5.1%, ya que los consumidores estarán entretenidos, no tiene mucho fundamento por idénticas razones, los horarios no necesariamente interrumpen la normalidad de las ventas. Así que, probablemente, el Mundial de Rusia no se va a constituir en el pequeño motor que empuje  la economía colombiana al 2.7% esperado.

De todas maneras, las estimaciones muestran que el país moverá adicionalmente cerca de un billón de pesos por compras y consumos mundialistas, la mitad de los cuales se hará desde la economía informal; esto quiere decir, que por el mundial de fútbol el comercio espera que el consumo se comporte de manera similar a un día del padre, es decir, junio tendrá el efecto económico de dos días del padre.

Caso contrario sucederá con la elección presidencial. Ésta tendrán un efecto adverso sobre el consumo esperado, o lo que puede ser peor, el mundial incidirá en las votaciones, aunque con la polarición que se tiene esto es poco probable.

La celebración del día del padre ha debido aplazarse so pena de anular los efectos comerciales por las elecciones, sin embargo se va a realizar en pleno partido de la Selección, así un efecto económico termina en el otro, no se suman, se neutralizan.

También es cierto que hasta ese día se mantendrá la incertidumbre sobre la gestión económica en los próximos cuatro años. Eso si genera un impacto fuerte en la economía, en especial por el manejo abusivo que las propias campañas electorales le han dado al tema económico, haciendo sentir miedo a la población con mentiras como el castro chavismo y las trizas a los acuerdos de paz.

Los efectos económicos por estas acciones irresponsables seguro le costarán caro al crecimiento económico.  Así que, aunque pocos, los beneficios que traerá el mundial de fútbol se perderán por la incertidumbre política y económica que aunque siempre se generan en una campaña electoral, en esta que se vive, se profundizan dada la incertidumbre inversionista que se ha forjado ante los miedos provocados por la posible llegada del fantasma del socialismo del siglo XXI y con la propia vulnerabilidad en la gestión del posconflicto

Así que tocará esperar que Colombia avance hacia las fases finales, el fútbol podrá brindar un poco de tranquilidad ante los desatinos políticos. Mientras tanto se celebrarán elecciones, polarizadas como nunca, pero sin guerras como tampoco las habíamos tenido,  y lo más seguro, posteriormente el día del padre  y del partido de la Selección (a los papás nos regalarán elementos mundialistas, es decir, se neutraliza el efecto mundial y del día del padre), y solo queda esperar que las matutinas celebraciones de los partidos puedan compensar en algo. Por lo menos en esta oportunidad, acá en el país, el mundial no contribuirá de manera significativa al impulso de la economía.

 

Marcar como favorito enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *