Por: Miguel Alfonso Pérez Figueredo
El bochornoso episodio entre el músico vallenato PONCHO ZULETA y la cantante también vallenata KAREN LIZARAZO, a raíz del cual ella manifestó que era la oportunidad “para hacer una reflexión como sociedad” me da la oportunidad de realizar esta.
El folclore como manifestación cultural junto con el baile y otras, ayuda a contextualizar épocas, valores , etnias y otros aspectos. Ejemplo clásico son los “corridos prohibidos”; la que ahora llaman “música popular” (otros debido a sus letras la mal llaman “música popolar”), o la “nueva ola del vallenato”, que muchos consideramos un sacrilegio evolutivo del mismo pero que por supervivencia del género continuará. Son manifestaciones sociales de una realidad que por tanto obedecen a coyunturas y debido a una demanda y mercadeo tienen muchos y muchas seguidoras. Es música de temporada, pero moldea el inconsciente social, valida comportamientos negativos, normalizan situaciones que hasta son delitos.
Co protagonista del incidente de marras fue esta cantante , que sufrió como cientos de mujeres diariamente, escuchando o no esas letras de canciones donde el acoso es validado indirecta, y-o explícitamente. El resultado final son episodios como este , un acoso tipificado penalmente protagonizado ya no por un “fan” , sino por un compositor de música, las circunstancias dan para ser tema de otra canción.
El abuso sexual tiene una premisa básica: la falta de consentimiento. El artículo respectivo de nuestra ley penal nos dice que: “El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses”.
Pues bien, a pesar de la flagrancia registrada en los videos circulantes en las redes, por tratarse de quien se trataba , sí hubo autoridades presentes como la policía , nada hicieron porque es parte de la normalización imperante .No corrió la misma suerte el Maestro que Alexander Mórelo Medrano quien fue condenado a 97 meses de cárcel por el delito de acto sexual violento que cometió actos similares contra una mujer en Transmilenio en el 2019. Ya sabemos que en Locombia la justicia es para los que no pueden espetar durito: “acaso no saben quién soy yo».
En mi caso, me deprime el contenido de muchas “composiciones”, y mantengámonos en el solo vallenato. Desde las “Dos mujeres” de Alfredo Gutiérrez, se iba marcando un camino,(“Con dos mujeres la vida es dichosa… /Hay profetas que tuvieron cien”…). Tarareándola en el inconsciente va quedando el mensajito, además machista, ya que no se acepta en igualdad para las hombriegas u hombreriegas término ya aceptado por algunos diccionarios. Sí fuera un caso aislado como ese vaya y venga , pero actualmente es “una corriente” y considero que el asunto es diferente.
Es tan importante lo de la música que uno no se imagina una película o seriado de mafiosos sin que contenga de fondo unos trozos por ejemplo de la famosa banda sonora de: “La Banda del carro rojo” , donde Lino Quintana único sobreviviente, no sabía “cantar”…. Pero de vuelta al acordeón vallenato porque la música popular mejicana también lo tiene , en las últimas composiciones vallenatas “el santo cachón”, la vida “sin compromisos”, la “tarde divertida” no son “las locuras mías” sino de todas , todos y todes, y no son de cuando vez una embarrada sino un modo de vida. Entonces el mensaje de abuso que llevan implícitas resulta convertido en una “marikada”, “Ay hombe ” !!!