Luego de recorrer un poco más de 300 kilómetros desde el Paso Viejo del Arauca, los caminantes que salieron el 4 de Junio a cubrir la misma ruta que hace 200 años recorrió Simón Bolívar y las tropas libertadoras, llegan a Nunchía para internarse por los viejos caminos de los Andes que los llevará al Pantano de Vargas el 7 de Agosto.
Por los mismos caminos que recorrieron los indómitos lanceros en 1819, hoy en el 2019, un grupo de más de 250 personas entre mujeres y hombres, jóvenes y adultos, se enfrentan a las inclemencias del invierno y a los ardientes temporales de sol que caen caniculares sobre sus humanidades, con el propósito de llegar al Pantano de Vargas y a Bogotá para decirle a los Colombianos que en esta tierras se fraguó la libertad de América.
A las casi 50 personas que fueron despedidas en el parque principal de Arauca, en la medida que se avanzó a Tame, San Salvador, Hato Corozal, Paz de Ariporo, Chire y Pore, se han unido por lo menos dos centenares de patriotas que se han propuesto, una vez se despidan de los Casanareños, en Nunchía, conquistar los andes orientales por los lados de Morcote, atravesar los páramos de Pisba y Paya, exactamente como lo hicieron los bravos llaneros comandados por Ramón Nonato Pérez y Juan Nepomuceno Moreno, los hombres de confianza de Bolívar y Santander.
En esta caminata, las mujeres casanareñas les rinden homenaje a las heroínas que dieron su vida defendiendo la causa libertadora, entre otras, Justa Estepa y Concepción Buenahora, ignoradas por una historia, que no reconoce sino a los hombres, que si bien merecen todos los laureles, igual, dicen, deben reconocer el valor, el arrojo y el patriotismo femenino.