Después de 43 años, madre e hijo se reencontraron

Wilmer.

Wilmer.

Esta es la historia de un joven de 14 años que decidió iniciar una locura en su vida, un día cualquiera decidió ‘volarse’ de su casa.

Sin un peso en el bolsillo, tomó un bus y como anteriormente a los menores de edad no les cobraban logró desplazarse por Sogamoso, Tunja y cuando llegó a la capital del país sintiendo un profundo frío que llegó hasta sus huesos y siendo de Yopal, un municipio de clima es cálido, el protagonista de esta historia empezó a ver que lo que venía en su vida no iba a ser nada fácil.

Él es Wilmer, un yopaleño que fue muy bien educado por una familia trabajadora y que siendo esa su herramienta fundamental, empezó a ocupar un espacio importante en el seno de una familia que lo acogió en un municipio del Meta ‘porque el chino era juicioso’.

Wilmer fue mesero, lustrador de zapatos, jornalero en una finca y fue en ese momento cuando conoció a la que pudo ser el amor de su vida, infortunadamente ella era la hija del patrón y su relación no era bien vista.

Aunque pensaban en irse a formar un hogar, el destino no les permitió conformar una familia y Wilmer decidió seguir su camino.

 Punto de giro

Un día cualquiera a Wilmer le hicieron una propuesta que le cambió la vida por completo. Desde hace meses había gente que  lo observaba sin que él lo supiera,  porque era un buen trabajador, conocía la zona de límites entre Casanare y el Meta y era un muchacho echao`palante.

Wilmer terminó formando parte de una de los frentes de la guerrilla de las Farc. Allí empezó siendo un mensajero, pero más adelante él se fue para el monte.

“La vida en la guerrilla no es nada fácil, porque uno sabe que amanece pero en cualquier momento a uno lo matan”, sostuvo.

Este yopaleño llegó a comandar un grupo de 56 hombres. Estuvo en varias partes del país y después de 34 años en la guerrilla, ahora está junto con sus compañeros en una Zona Rural de Transición en Meta, esperando a que se surta el próximo paso para el tan anunciado proceso de paz que suscribieron la guerrilla de las Farc y el Gobierno de Colombia.

Este otrora comandante de un movimiento que desapareció como grupo armado ilegal, dice que cree en un país en donde haya más oportunidades y educación para las clases menos favorecidas y aunque reconoce que han habido errores en el proceso, es más factible que Colombia progrese sin estar de por medio el conflicto armado con las Farc.

Hoy en día Wilmer, después de reencontrarse con su progenitora pasados 43 años, solo piensa en recuperar el tiempo con su familia; en poder pasar fechas especiales con ellos; en participar de un asado o de una fiesta familiar. Pero también tiene claro que no descuidará lo que ocurra con el proceso de paz que le dio la libertad.

 

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Un comentario

  1. algo mas que deja el proceso de paz. un encuentro con su familia despues del tantos años lejos de ella.

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