Se
conoció un documento oficial que da cuenta que la tradicional marca venía
atravesando por un momento difícil en sus negocios y por ello desde el 2015
evaluaba dejar de lado la fabricación de fósforos y palillos.
De
tomarse esta decisión, se estaría concretando la caída de un grande del negocio
pues en sus tiempos de gloria este fabricante de fósforos abarcó casi el 85%
del mercado colombiano.
La
Compañía Fosforera Colombiana, con sede en Mosquera (Cundinamarca), se
convirtió en una de las más sólidas del país luego de ser adquirida en 1991 por
el grupo Fierro de España.
Este
grupo económico se abrió paso en el mercado con una cuestionada estrategia,
puesto que sus competidores denunciaron ‘dumping’, una práctica ilegal que
consiste en vender un producto por debajo de su precio normal.
Fue
así, según los relatos de la época, que varias compañías fosforeras de la
ciudad de Manizales, uno de los epicentros de esta industria, empezaron a
extinguirse una a una.
De
esta forma varias empresas comenzaron a vender sus productos al poderoso grupo
Fierro, como fue el caso de las históricas fábricas de Póker, Tres Estrellas de
Bogotá, El Viejo, Vulcano de Manizales, entre otras.
Dicha
situación llevó a Fósforos el Rey a la liquidación en el año 1997, cuando en su
sede apenas tenía unos cinco empleados contando a los vigilantes. Su caída fue
todo un acontecimiento, dado que en sus mejores tiempos generó empleo a 426
personas y su producción alcanzaba las
13.000 pacas al mes.
Sin
embargo, el atraso tecnológico y las malas decisiones llevaron al Rey al ocaso.
Su historia terminó al ser adquirida por el grupo económico español, que bajó
el mando del empresario Ignacio Fierro logró conquistar en los noventa el
mercado en Colombia y otras naciones de América Latina.
En
la actualidad, El Rey es una de las marcas más notorias del portafolio de la
Compañía Fosforera Colombiana, la cual también es dueña de Fogata.
Veinte años después así van las cosas
En
su informe de gestión del año 2015, la compañía relata que la estructura de la
organización se ha mantenido en una sola persona técnica y “con gran
experiencia” en la industria fosforera.
En
cuanto a las tareas logísticas, aclara que los procesos de apoyo,
administrativos y comerciales se siguen tercerizando “con el fin de optimizar
los recursos de la organización”.
Respecto
al balance económico de la empresa, el informe detalla que en el 2015 los
ingresos operacionales totales crecieron tan solo 1,79%, al pasar de $5.478
millones a $5.577 millones.
Luego
de presentar estos resultados, la histórica compañía aclara que afronta una
significativa caída en la participación en el mercado y por ello está evaluando
el cambio de actividad.
En
este sentido, señala que podría pasar a ser una simple administradora de
inmuebles e incluso sugiere que de no darse esa situación los directivos pensarían
en “una futura liquidación y disolución de la sociedad después de normalizar el pasivo pensional”.
“La
empresa se encuentra a paz y salvo por el pago de aportes al cierre del
ejercicio, de acuerdo con los plazos fijados (…) No existen irregularidades
contables en relación con aportes del sistema, especialmente las relativas a
base de cotización, aportes laborales y aportes patronales”, concluye el
informe.
Información basada en Dinero.com
