Esta es una de las obras de preparación y mitigación ante la eventual llegada de la segunda temporada de lluvias en Casanare, según el Comité de Gestión del Riesgo del Departamento.
Con este jarillón de 300 metros de longitud ubicado a un costado del río Túa, se espera proteger de inundaciones a las familias de la vereda Brisas del Llano de Monterrey.
El punto crítico, generado por la sedimentación, acumulación de escombros y material rocoso, venía causando el desbordamiento del afluente, afectando principalmente cultivos, caminos y la carretera del sector.
El trabajo ejecutado es del 50% de las actividades planteadas para desviar el río y lograr que retome su cauce normal.