
Una grave denuncia fue interpuesta por Mónica Suárez, residente del conjunto Hacienda Casablanca en Yopal, luego de que su hija de cinco años resultara lesionada tras el ataque de un perro de raza pitbull perteneciente a un vecino del mismo conjunto. La madre asegura que no es la primera vez que el animal agrede a personas o mascotas en el sector y exige acciones contundentes por parte de la administración.
Los hechos ocurrieron hacia las 6:30 de la tarde del lunes, cuando la menor jugaba en una zona común frecuentada por varios niños del conjunto. Según relata Suárez, un joven bajó con el canino sin ningún tipo de medida de seguridad: sin bozal, sin correa adecuada y sin control efectivo sobre el animal. En cuestión de segundos, el perro mordió a la niña, generándole heridas que requirieron atención médica.
“Mi hija salió corriendo detrás del dueño pidiendo ayuda, pero él no prestó ni siquiera primeros auxilios. Yo la tomé de inmediato y la llevé a urgencias de la E.S.E.”, narró la madre. Allí se le solicitó el carné de vacunas del animal, pero el propietario inicialmente aseguró que no lo tenía a la mano y que se encontraba fuera de Yopal. Posteriormente entregó un documento que, según Suárez, evidencia que el último refuerzo de vacunas fue aplicado en julio de 2024, pese a que estos deben renovarse anualmente.
La preocupación aumenta porque, de acuerdo con mensajes publicados en el grupo interno de WhatsApp del conjunto, varios residentes afirman que el pitbull habría protagonizado otros episodios de agresividad contra personas y otros animales. Suárez advirtió que el perro “entra y sale sin bozal” y que no entiende cómo se permite que un animal clasificado como potencialmente peligroso circule sin las medidas exigidas por ley.
Los médicos ordenaron seguimiento estricto a la niña debido al riesgo de infecciones derivadas de la mordedura. Aunque las lesiones no fueron graves, la madre recalca que el desenlace pudo ser fatal. “Hoy fue mi hija, pero mañana puede ser peor si no se toman medidas”, señaló.
La residente ya presentó la queja formal ante la administración del conjunto y pidió revisar si existen reportes previos sobre el animal. Recordó además que, según el Código Nacional de Policía (Ley 1801), estos incidentes pueden acarrear comparendos y sanciones económicas.
Finalmente, Suárez mostró fotografías de las heridas de su hija y cuestionó la actitud del propietario, quien asegura se ha limitado a ofrecer una respuesta económica, sin preguntar por el estado de salud de la menor.
La comunidad espera que la administración y las autoridades evalúen la situación y determinen las medidas necesarias para evitar nuevos riesgos dentro del conjunto residencial.




“Para los cerebros sin estrenar: pensar no duele, ignorar sí. El mundo no avanza con excusas ni con mentes apagadas. Enciendan neuronas, no problemas.”