La música volvió a levantarse como polvareda alegre en el coliseo 20 de Julio.
Con zapateo firme, contrapunteo vibrante y ese acento que solo nace en la sabana, avanza en Yopal la trigésimo primera edición del Festival El Garcero del Llano, un encuentro que durante más de tres décadas ha sido refugio y vitrina del talento casanareño.
Niños y jóvenes de diferentes municipios se han tomado la tarima con canto, danza y versos que huelen a pasto mojado y a faena.Cada presentación revive el corazón del folclor llanero, mientras la programación fue hasta el 8 de noviembre.
Uno de los momentos más celebrados ocurrió durante el arranque del festival, cuando la directora de Cultura y Turismo de Casanare, Gladys González Fernández, recibió un reconocimiento por su aporte al impulso del arte local.
La sorpresa llegó cuando González decidió regresar a sus raíces y subió nuevamente al escenario, esta vez para bailar junto a su parejo de siempre, Audiver Barrera, encendiendo aplausos al ritmo enérgico de la cirrampla.
El Garcero no solo es música: también es gastronomía, artesanías, recitales y cantos de trabajo de llano que permiten sentir al Casanare con todos los sentidos.
El festival continúa abierto al público y se consolida, un año más, como una de las celebraciones culturales más queridas y representativas del departamento.
