En Yopal se vivió una jornada que dejó una sensación clara: en Casanare la inclusión está tomando cuerpo, voz y terreno. Durante la tercera sesión del Comité Departamental de Discapacidad, comunidad y entidades se sentaron a hablar sin rodeos sobre lo que está cambiando y lo que falta por mover para que las personas con discapacidad puedan vivir y participar sin tantas barreras.
Uno de los anuncios que más levantó energía fue la legalización de la primera Liga de Fútbol Sonoro de Casanare, un proyecto que nació desde la comunidad y que hoy se convierte en una puerta abierta para que más personas puedan jugar, competir y sentirse parte del deporte local, sin importar su condición.
También se puso el foco en cómo hacer que los escenarios deportivos dejen de ser “bonitos pero inaccesibles”. Se socializaron ideas y pasos para adecuarlos, y se revisaron proyectos que ya vienen dando frutos, como los viveros comunitarios que impulsan personas con discapacidad visual, quienes han venido construyendo un modelo productivo con apoyo de varias entidades.
Otro punto que tocó fibra fue la necesidad de contar con intérprete permanente de lengua de señas en los servicios de salud. La comunidad insistió en que la comunicación no puede seguir siendo una barrera que afecte la atención médica. Además, hubo un llamado a las instituciones para que de verdad se capaciten en atención inclusiva y no lo dejen solo en papel.
Lo que quedó claro al final es que cuando la comunidad participa, la agenda cambia. Entre deporte adaptado que comienza a abrir caminos, proyectos productivos que florecen y espacios que empiezan a rediseñarse para todos, Casanare va armando un territorio donde la inclusión no suena a obligación, sino a construcción colectiva. Aquí todavía faltan pasos, sí, pero ya hay movimiento, energía y gente decidida a empujar el cambio.
