
La historia de Rubén Darío Pinzón, un joven de 26 años que sobrevivió a un siniestro vial en la vía Yopal–Aguazul, terminó en tragedia. Su familia denuncia que la burocracia del sistema de salud y la ausencia de una ambulancia disponible retrasaron la atención que necesitaba con urgencia para seguir con vida.
Rubén Darío resultó gravemente herido en el accidente en el que falleció su prima. Tras varias complicaciones médicas, requería de manera inmediata una diálisis. Aunque la Nueva EPS autorizó la remisión después de que él mismo se encadenara como acto de protesta, el traslado nunca se concretó a tiempo porque no había una ambulancia disponible.
Cuando finalmente se gestionó el vehículo, el estado de salud de Rubén ya era demasiado frágil para soportar el viaje. Ante la emergencia, se tomó la decisión de realizar el procedimiento en Yopal, pero su cuerpo, debilitado por la espera, no resistió.
Este caso refleja, una vez más, la dura realidad que enfrentan cientos de familias en Casanare y en el país: trámites interminables, demoras en la atención y una red hospitalaria sin la capacidad de respuesta necesaria en situaciones críticas.
La familia de Rubén, en especial su hermana Andrea, exige que su muerte no quede en el silencio y que se revisen de fondo las fallas de un sistema de salud que, en palabras de allegados, “se quedó sin humanidad cuando más se necesitaba”.



