
El histórico y temido “callejón de las puñaladas”, un corredor del centro de Yopal marcado por años por la inseguridad, el consumo de estupefacientes y la presencia de actividades ilegales, vivió este fin de semana una transformación que pocos creían posible: hoy se llama Rincón del Artesano y fue entregado completamente renovado a la comunidad.
La recuperación no nació desde una inversión pública ni de un proyecto institucional tradicional. Por el contrario, fue la misma comunidad la que impulsó el proceso, sumando esfuerzos de comerciantes, residentes y gestores de convivencia para apropiarse del espacio que durante mucho tiempo estuvo tomado por la delincuencia.
De acuerdo con los testimonios recogidos durante la inauguración, fueron largas jornadas de limpieza, pintura, instalación de sombrillas, adecuación de murales y organización colectiva las que hicieron posible este cambio. La iniciativa fue liderada por vecinos del sector, entre ellos doña Blanca Flor Parra, comerciantes históricos de la zona y ciudadanos que decidieron recuperar el lugar por cuenta propia ante el deterioro evidente.
Los gestores de seguridad relataron que el proceso no fue sencillo. En varias ocasiones debieron retirar a personas que habitaban el callejón y enfrentar situaciones tensas para poder devolver la tranquilidad al sector. La Policía Nacional acompañó los operativos y mantiene presencia constante para evitar que regrese la inseguridad que por años caracterizó este punto.
El resultado es visible: un corredor peatonal con vida, color y movimiento, donde las artesanías y el comercio local empiezan a atraer nuevamente a visitantes. La comunidad afirma que el flujo de personas ha aumentado y que las ventas han mejorado, un cambio que hace apenas unos meses parecía improbable.
La experiencia, que ya se replica en sectores como La Chaparrera y que ha despertado interés en comerciantes de la calle 40 y otros barrios, muestra que la recuperación del espacio público es posible cuando los ciudadanos deciden apropiarse de él. “Si la comunidad no ocupa estos lugares, los toma la delincuencia”, dijeron varios vecinos durante la entrega.
El renacido Rincón del Artesano se convierte hoy en un ejemplo de transformación comunitaria para Yopal: un lugar que pasó del miedo al encuentro, y de la oscuridad al color, gracias a la unión de quienes se negaron a seguir cediendo su territorio a la criminalidad.



