El feminicidio de la joven estremeció a Yopal en noviembre de 2024; su madre, Eliana Espinosa, pide celeridad en el proceso judicial y envía un mensaje de resiliencia a otras mujeres víctimas de violencia.
El 9 de noviembre de 2024, la ciudad de Yopal se estremeció con la confirmación de la muerte de Jennifer Velandia, una joven que había sido reportada como desaparecida desde el 31 de octubre. Su cuerpo fue hallado sin vida tras varios días de angustiosa búsqueda, y las autoridades responsabilizan a su expareja sentimental del crimen.
Casi un año después, su madre, Eliana Espinosa, asegura que la justicia avanza, pero de manera lenta, y pide una condena ejemplar contra el responsable. “Pensé que por todas las pruebas la condena sería rápida, pero ya casi se cumple un año y aún esperamos. Solo pido al juez que se ponga la mano en el corazón, porque lo que este personaje le hizo a mi hija no tiene nombre”, manifestó entre lágrimas.
Espinosa reconoció el apoyo de las autoridades y agradeció que el presunto feminicida permanezca tras las rejas, aunque lamentó que el fallo solo se proyecte para agosto de 2026. “Es doloroso, pero al menos no está en las calles lastimando a más niñas. Aun así, necesitamos justicia pronta”, enfatizó.
Resiliencia en medio del dolor
En medio del duelo, Eliana ha encontrado fuerzas para seguir adelante. Junto a su compañera Miriam, lidera un emprendimiento de dulcería artesanal, con productos como manjar de arroz y chicharrones de cuajada, que se ha convertido en una manera de sostenerse emocional y económicamente.
Además, envía un mensaje de valentía a las mujeres que sufren violencia: “No están solas. No se callen, pidan ayuda, busquen apoyo en las entidades. Somos guerreras, resilientes y podemos salir adelante. No permitan que nadie las maltrate ni las silencie”.
Un caso que exige justicia
El feminicidio de Jennifer Velandia no solo marcó a su familia, sino que se convirtió en símbolo del reclamo de muchas mujeres en Casanare que enfrentan la violencia de género. La madre de la joven insiste en que su lucha no es solo personal, sino también un llamado a que las instituciones fortalezcan las medidas de protección y actúen con mayor rapidez.
“Si hubiera pena de muerte, quizá lo pensarían dos veces antes de hacerle tanto daño a las mujeres. No quiero que otras madres pasen por lo que yo estoy viviendo”, concluyó Espinosa.
