
A pocos días de comenzar la cosecha, el gremio arrocero llanero lanza una alerta por la inacción del Gobierno Nacional frente a la sobreoferta y el riesgo de quiebra del sector.
El departamento de Casanare, principal productor de arroz en Colombia, enfrenta una nueva crisis. El gremio arrocero advierte que el inminente inicio de cosecha, sumado a la ausencia de una política nacional para absorber excedentes y controlar las áreas sembradas, podría generar un colapso en los precios del grano.
Juan Bernardo Serrano, representante del sector molinero, aseguró que la situación es crítica. “El precio justo para garantizar la sostenibilidad de la cosecha debería estar entre los $1.350 y $1.400 por tonelada. Hoy se habla de $1.280 y aún no inicia la cosecha. Cuando llegue agosto, los precios caerán más”, señaló.
Serrano criticó que Casanare, a pesar de ser el mayor productor, quede excluido de los incentivos nacionales debido precisamente a su alta producción. “Nos castigan por producir. Mientras otras regiones reciben apoyo, aquí nos dejan solos”, dijo.
El dirigente también advirtió sobre el ingreso masivo de arroz ecuatoriano a través de contrabando técnico, situación que ha disparado los inventarios y frenado las ventas en los molinos. “Ese arroz entra a precios por debajo del mercado. Estamos compitiendo contra una economía dolarizada y permeada por el narcotráfico. Es una amenaza seria para toda la industria”, enfatizó.
La cadena arrocera exige al Gobierno Nacional medidas urgentes: regulación del crecimiento de áreas sembradas, créditos de fomento para todos los eslabones del sector, y una política de absorción efectiva de cosechas. “Necesitamos soluciones estructurales, no promesas de último minuto.



