
La angustia de Doña Noemí Contreras no cesa. Su hija, Sara Sofía Girón, de 15 años, enfrenta una grave crisis de salud desde 2023, cuando fue diagnosticada con anemia severa no especificada. A pesar de las continuas transfusiones de sangre y los repetidos intentos de la madre por obtener atención médica adecuada, la situación se ha agravado debido a la falta de respuesta por parte de la EPS de la Policía Nacional.
Sara Sofía ha experimentado síntomas alarmantes, como vómitos frecuentes, mareos, coloración amarillenta en la piel y frío en manos y pies. Tras varios exámenes, un hematólogo le diagnosticó linfocitosis, una condición en la que los glóbulos blancos atacan a los glóbulos rojos. Además, la menor necesita ser evaluada por un hematólogo pediátrico, un endocrinólogo pediátrico y un cirujano pediátrico para tratar problemas adicionales, como cálculos en la vesícula, sin que se hayan gestionado aún los trámites necesarios para estas consultas.
En una reciente cita médica, un pediatra sugirió que la mejor opción sería trasladar urgentemente a la niña al Hospital Militar de Bogotá para que reciba atención de todos los especialistas que su condición requiere. Sin embargo, a pesar de la constante insistencia de Doña Noemí, la EPS de la Policía Nacional no ha mostrado interés en trasladar a la joven a un centro de salud adecuado.
«Es muy doloroso ver cómo mi hija se pone cada vez peor. Yo no sé qué más hacer. Necesito que me ayuden para salvar su vida», afirmó la señora Noemí.



