El país no salía del asombro y conmoción por los asesinatos de al menos 16 jóvenes y niños en menos de cinco días (entre el 10 y el 15 de agosto), en los municipios de Samaniego y Leiva en Nariño y en Cali, Valle del Cauca; cuando otra serie de crímenes similares empezaron a suceder en muy poco tiempo.
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Otras tres masacres, en menos de 48 horas, se registraron el siguiente fin de semana, nuevamente en Nariño, además en el Cauca y en Arauca (todos departamentos con presencia histórica de guerrillas).
La primera ocurrió el 21 de agosto en el corregimiento de Caracol, en la capital de Arauca, donde los cuerpos cinco hombres (de nacionalidad venezolana) fueron encontrados con impactos de armas de fuego y junto a panfletos de las disidencias de las Farc, que se atribuyeron el crimen, señalando que eran ladrones de ganado.
Luego otras seis personas fueron asesinadas el mismo día en El Tambo (Cauca), donde también habrían estado involucrados miembros de las disidencias; e igual número de ciudadanos murieron a manos de grupos armados en Tumaco (Nariño) el 22 de agosto.
Pero pese al horror de estas muertes, las noticias no pararon ahí y se empezaron a volver parte de una nueva ‘normalidad’, por cuenta de grupos armados que operan en estas zonas.
Este domingo 23 de agosto el cáncer de la violencia tocó nuevamente a Antioquia. En el municipio de Venecia asesinaron a tres jóvenes de 15, 18 y 19 años, quienes departían en una vivienda en el barrio Los Álamos.
Otra población que revivió el terror de las épocas crudas de la violencia fue Monterrey, en Casanare, donde el cuerpo de un hombre decapitado y con la cabeza puesta en una gran herida en su abdomen, fue dejado a la vista de todos en un parque de la zona céntrica.
De acuerdo al informe de Indepaz, van 45 masacres en lo corrido del 2020 en Colombia. Más de 180 personas han muerto.
Al respecto el presidente Iván Duque ha realizado visitas a varios de los municipios afectados por lo que él llamó “homicidios colectivos”, para eludir el término masacres, y ha prometido acciones contundentes.
«Pronto estaremos entregando resultados en materia investigativa. En Arauca, Cauca y Nariño, hay grupos pertenecientes a disidencias y mafias, que quieren intimidar a Colombia y no dejaremos de enfrentarlos», afirmó el Jefe de Estado.
En entrevista para la agencia Deutsche Welle, el politólogo alemán Günther Maihold, explicó que “hay masacres de seis personas, como acaba de ocurrir en Colombia, y de 8.000, como en el caso de Srebrenica”, en Bosnia Herzegovina, aclara Maihold. El punto clave es, en todo caso, que se trata de “homicidios contra población civil, o contra personas que no están armadas. Y estos son motivados por el odio o el interés de generar miedo entre la población de un grupo o territorio, más allá de las personas victimizadas”.