
Foto: sostenibilidad.semana.com
El cierre global de fábricas, la reducción de vuelos internacionales y nacionales, la utilización de menos vehículos de combustión, ha reducido la contaminación letal que el hombre ha realizado por años a nuestra naturaleza. Esto sin duda es la mejor noticia ambiental que se ha producido en muchos años.
La significativa reducción de gases efecto invernadero, la reducción de CO2 que emanan nuestros vehículos ha mejorado nuestro aire y por ende nuestra calidad de vida. En estos días de Coronavirus existen solo noticias de incertidumbre, de malas energías, de muerte y un panorama incierto, pero sin duda el único que ha recibido grandes beneficios y cambios notorios es el medio ambiente.
Leer artículos de cómo se han recuperado nuestras playas, cómo nuestros mares recuperan ese color azul verdoso radiante que parece de cuentos y fábulas de niños, cómo los delfines nuevamente son vistos en los bordes de las playas, saltando de alegría como queriendo expresar esa felicidad que ellos irradian siempre.
En ciudades como Bogotá, Barranquilla, Medellín, el cielo nunca había estado tan azul; parece un lienzo de una obra de arte de Salvador Dalí y ni imaginar que como película futurista el hueco en la capa de ozono que por muchos años ha preocupado la comunidad científica, se ha reducido notablemente como por arte de magia. Es de celebrar que la naturaleza, nuestro globo terráqueo ha descansado de la mano del hombre.
En nuestro hermoso llano el panorama no es diferente, la naturaleza ha respirado, los ríos han recuperado sus caudales, diversidad de peces han estado más tranquilos, nuestra fauna y flora ha expresado su felicidad, vemos más aves de todos los colores, animales nuevamente paseando por todos lados, bosques menos expuestos a la tala, menos quemas y muchos colores radiantes que solo los que vivimos en este paraíso, conocemos.
Es increíble ver como lugares turísticos han recuperado sus colores, la vegetación sus tonalidades verdes, las aguas de ríos como el Cravo Sur, el Charte, el Tocaría, quebradas como la Aguatoca, la Calaboza, el Leche miel, están resplandecientes; simplemente porque los cobija un manto de quietud y tranquilidad rodeado de paz y equilibrio.
“Entró el invierno ya pegó el olor a cedro, ya las sabana tiene florecitas blancas”, como dice la canción. Nuevamente se perciben esos aromas a llano, a majadas frescas, mastranto. Nuevamente el canto de las aves adorna ese silencio que antes era ocupado por el hombre y que hoy es retomado la madre Naturaleza.
Tal vez la más grande reflexión que nos quedará después de toda esta difícil situación de emergencia sanitaria, será que el mundo, nuestra casa merecía un descanso, el medio ambiente también ha recuperado mucho en estos pocos días, solo resta pedir a todos que tomemos conciencia, cuidemos nuestra casa y la naturaleza, esto nos llenará de gran satisfacción porque si duda en estos tiempos de coronavirus, tiempos difíciles, también es el Tiempo del Medio Ambiente, es el Tiempo de Casanare.
Por:
Pedro Fabián Peralta Martínez
ING. Ambiental
Especialista en gerencia de proyectos
Director técnico de medio Ambiente
Gobernación de Casanare
Secretaria de Agricultura