
Orocué.
En la tierra de la Vorágine se volvió común los desordenes generados por personas alicoradas.
Una de las causas según la Policía es que los horarios para venta de licor en establecimientos de comercio son muy elevados, hasta las 2 ó 3 de la mañana y en ocasiones hay permisos especiales que amplian el tiempo de servicio.
El problema
Las autoridades investigan si un policía, una persona de otra fuerza del Estado o una mujer accionaron un arma, al parecer neumática, que generó un hueco en una pared y otro proyectil afectó un espejo retrovisor de un vehículo.
El caso se generó hacía las 5:00 de la mañana, cuando se supone que no debería haber venta de licor.
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Los orocueseños que residen cerca de las cantinas, le exigen al alcalde de Orocué, Anderson Bernal que tome cartas en el asunto, porque dicen que la situación de salió de control hace rato.



