Fue a comienzos del 2.000 cuando inteligencia militar recopiló información que daba cuenta de la movilización de aproximadamente 400 guerrilleros, pertenecientes al bloque mixto de la antigua guerrilla de las Farc.
Ese nutrido grupo de insurgentes estaban al mando de alias Edison Romaña y Marco Aurelio Buendía, quienes tenían la orden de bloquear la vía Villavicencio – Bogotá, eje vial principal entre el oriente y el centro del país.
Cabe resaltar que esa era una ruta por donde a diario circulaban miles de barriles de hidrocarburos con los que se abastecía a gran parte de Colombia.
Los militares que estuvieron a cargo de impedir este bloqueo hacían parte de la Fuerza de Despliegue Rápido (FUDRA).
Inicialmente los uniformados fueron movilizados vía aérea desde Tolemaida hasta la base de Apiay en el Meta. Desde ahí estos héroes se desplazaron en motocicletas hasta el sector de Guayabetal, con el fin de anticiparse a la acción de los guerrilleros.
Los primeros enfrentamientos se produjeron sobre los puentes de Quebrada Blanca y en los peajes de Pipiral y Quetame, el 15 de enero de 2.000. Estas instalaciones iban a ser dinamitadas.
Ante la fuerte presencia militar de los hombres de las brigadas móviles 2 y 3, los insurgentes se replegaron.
Tres días después, el 18 de enero culminaron los combates, logrando frustrar el objetivo de las Farc y de paso se garantizó la presencia de la Fuerza Pública en un sector álgido en orden público.
Contexto
Durante la década de los 90 los grupos guerrilleros, especialmente las Farc, incursionaron en diversidad de actividades delictivas.
Un ejemplo de ello, fueron las denominadas ‘pescas milagrosas’, las cuales consistían en emplear pequeñas comisiones de guerrilleros para interrumpir el tráfico, incendiar vehículos y secuestrar personas