Marcos Aurelio Wescot Herrera, de 31 años, obrero de profesión y residente de un resguardo indígena en Orocué se habría suicidado en medio de una intensa depresión.
El hombre fue enocntrado sin vida por las autoridades con un impacto de arma de fuego en la cabeza, al interior de la finca Flor Amarilla, en el resguardo indígena el Suspiro.
De momento, la información oficial aduce que en el lugar estaba un arma de fuego tipo revólver marca Llama, pavonado, tirado en el piso cerca de su mano derecha, en cuyo tambor reposaba un cartucho 38 especial y dos vainillas percutidas mismo calibre. Presentó herida orificio de entrada a la altura del auricular derecho sin orificio de salida.
Agregaron fuentes oficiales que presuntamente el sujeto se encontraba en estado de embriaguez y estaba deprimido como le contaron sus familiares a la Policía. El deceso se habría presentado la noche del 6 de enero y se convierte en el primer suicidio del 2018.