Los
llanos orientales en Colombia se caracterizan por sus amplias planicies, su
variedad de especies y sus morichales que ahora se confunden con el entramado
de acero de las empresas petroleras que avanzan sin descanso, conquistando
terrenos tan retirados como Bocas del Pauto en Trinidad, en donde pocas veces o
casi nunca hacía presencia el estado Colombiano.
Lo
increíble es que llegan como las plagas de Egipto, arrasando con lo que
encuentren a su paso y con la absoluta resignación de la comunidad, porque pasan
exhibiendo las licencias que les ha otorgado el gobierno nacional, lo que deja
sin herramientas legales a sus moradores que buscan preservar lo poco que queda
del llano.
Con
sentimiento de tristeza pero en tono de lucha, Arturo Alonso concejal de
Trinidad señala “Es lamentable que en Trinidad, el gobierno nacional apruebe
licencias ambientales para captación de aguas para la empresa Lewis Energy en
el caño El Yatea, que con 22 carrotanques diarios le sacan el poco líquido que
aún conserva”. Con esta acción no solo dan muerte al caño, sino a sus cientos
de peces, aves y Chigüiros que con su presencia adornan la llanura.
Y
es que según este valiente concejal, así como las compañías tienen estrategias
para extraer el petróleo también aplican estrategias para que les aprueben las licencias,
una de ellas es solicitar los permisos en épocas de invierno, cuando los caños
están a máximo caudal y como las autoridades ambientales no conocen el
comportamiento de estos caños, entonces las aprueban sin importar las
consecuencias que esto genere.
Es
lamentable encontrar decenas de chigüiros muertos y otros que se debaten entre
la vida y la muerte en el barro
caliente, y aunque las corporaciones manejan recursos para la protección de
estas especies no se ha hecho nada, todo se queda en el papel, allá en la
región no se conoce un proyecto donde se mire que se está haciendo algo para
favorecer la fauna del sector, expresó el concejal.
Mientras
el gobierno nacional siga dando licencias sin conocer su país y mientras los
multimillonarios aumentan a diario sus chequeras con la riqueza de nuestros
suelos, cientos de especies seguirán muriendo a merced que algún día alguien
les tienda la mano “porque no queremos dejar morir el Llano”.
